jueves, 27 de septiembre de 2012

Y dieron las 12...........


Entrecerrados mis ojos dormitaba feliz en aquel almohadón de ternura, la calidez del ambiente provocaba ese largo entre sueño, ni frío ni calor, la temperatura justa para cada día. Una suave voz de lo profundo sentía a cada instante, no necesito despertar ,me acostumbré al constante retumbar de tambores, el sonido indica el paso del tiempo, un tiempo que no se detendrá, no deseo que lo haga...Se encuentra recostada sobre su lado izquierdo, creo se siente más cómoda así, le han vestido con una bata muy blanca, el calor del verano le provoca levantarla hasta dejar a la vista su montaña de amor, como suele decir.  Sus manos acarician el abultado vientre  al que no le deja de hablar, repite su nombre una y otra vez como convenciéndose que es real. De tanto pensar, de buscar flores y aromas, recuerda aquel día en el campo cuando vio las azucenas abiertas, espléndidas y rosadas en su interior, se dejó llevar por las imágenes que se sucedían en su mente cuando alguien le indica con su mano el plato de un Quaker ya frío que nunca tocó.
Un extraño empujón me despertó, las sacudidas iban y venían, era el comienzo de un largo viaje a lo desconocido, el golpeteo rítmico del tambor se convirtió en un agitado compás de toc-toc. Porque he de sentir esto, un ahogo, alguien no respiró, una lucha por desprenderme de esa sensación tan oscura y húmeda, no logro ver más allá, los tironeos constantes molestan y mis oídos no se acostumbran a tantos tonos de voz, pretendo oír solo el mío, el que pronuncie ella cuando me vea, el pensado para mí durante los meses pasados. Cual es la razón para que me arranquen de mi cuna, del cobijo amoroso de un interior protector de todo mal, aquellas manos robustas se avalanzaron sin piedad alguna mientras de mi garganta se escapó un llanto fuerte y novedoso, sentí que todos reían mientras yo, un pequeño ser lloraba sin consuelo. Una envoltura de telas blancas, aromadas y frescas arropó mi fragilidad humana mientras unos brazos no conocidos me conducían a los míos. Apretada junto a su pecho oí pronunciar mi nombre en el instante supremo de saberme viva, otra cuna de carne suave y leche tibia me esperaba y grande la sorpresa al descubrirnos juntas, tu mirada y la mía, la ansiada. La Capilla de la Maternidad tocó las campanas y luego supe que dieron las 12 del mediodía, de un 9 de enero en el verano del 63, cuando mi madre dio a luz a su Azucena............
                                                    Yuli ( Enero '12) 

 

2 comentarios:

  1. Maravillosas letras incansables de leer, maravilloso Ser que tal día como el 9 de enero, hizo señal de nacer, maravillosa alma angelical tocando con el corazón sin cesar de crecer...

    Celebro ese día como gran acontecimiento, por ser y seguir siendo de vital importancia tu Nacimiento!!

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  2. como disfrutè imaginando este espelndoroso instante!!

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