No logrè entender, en aquel momento, lo que decìa, sin pronunciar palabras se entablò un diàlogo entre su mirada y la mìa. Fundiò las pupilas castañas con profundidad en el fondo mismo, en el espacio mio, el lugar donde solo ingresan los amores verdaderos, los inolvidables, los perdurables, los plasmados con pasiòn en la carne y el alma.
La congoja, la desasòn de lo que su corazòn callaba salìa a gritos en medio de sus miradas, imposible no hacer eco del auxilio que pedìa. Respetè sus silencios y lejanìas, ese hombre habìa sido, en su momento mìo, como mìo su sentir, su desenfreno y su tierna cercanìa.
Acariciè con suavidad el òvalo de su cara recièn afeitada, olìa a jabones y perfumes, cuidadoso y sensual trasmitìa un amor medido, guardado. Escondido, serìa la palabra justa, bajo la apariencia dura de lo externo, el cascaròn, la coraza impuesta para no sufrir daños, ni siquiera el que producìa sin querer el mismo amor. Mientras el tiempo hacìa lo suyo, el olvido curaba heridas. Busquè entre mis recuerdos como sentìa sus grandes manos entrelazando las mìas, càlidas como su sentir me dije. Supe que fui un gran amor en èl, no de hoy sino de siempre. Apoyè el rostro entre el nido de mis manos, me permitì llorar, el desahogo se invitò solo, con la forma de una catarata bajando desde el risco de mis ojos. Su sabor logrò despertarme al hoy, diferente, pasado los años y con tanta agua salada bajo un puente imaginario. Seguìa extrañando su nombre, su voz, la que hoy entablaba la amistad impuesta, la lògica que el corazòn no permitìa y la razòn exigìa.
Rumbeando hacia otro puerto donde recalar, necesitaba desembarcar nuevamente, recorrer mares y otro destino. Volvì mi vista pero no hacia atràs, eso ya estaba recorrido. Busquè como tantas veces la guia del horizonte y me lancè al mar...
Yuli ( Agosto '12)
La felicidad de tan sólo pensar, que se adquiere la habilidad de aprender, sabiendo AMAR...
ResponderEliminar