El aroma de la soledad.

El beso tardaba en llegar,

lo esperaba hacía  tiempo

paseaba entre  memoria 

y herida abierta, sangrante.

Aún presente, sin rebelarse

atravesaba el pensamiento,

el rostro redondo, aniñado,

la sonrisa declarada buena.

La hechura del cuerpo fuerte

que todavía se evoca, duele

aire antojadizo de su aroma

dulzor más que persistente.

Cuan descarado iba y venía 

entre mi recuerdo y su olvido.

oculto, escondido, dudando

dolido, negado en el silencio.

Obstinada en una historia rota,

Interrogando porfiado al amor

la súplica " no te alejes vida"

la réplica " ya me has perdido".

Como pedir perdón ante el adiós

que quebranta al medio el pecho, 

el mió inconcluso, su lado partido,

paraliza un corazón, libera el mío.

                                   Julia Marini ( Fin de Octubre´13)

                                                   

Doña Encarna, poema para mi madre.

 

Se siente en el aire,
susurra mil nombres,
acaricia la piel,
abraza distinto
quien cinceló el ser.
En el nido de su cuerpo
hace tantos años,
concebida mujer
y otros tantos madre.
Pegado en su regazo
la impronta de cuatro,
que a distintos pasos
se alejaron para no volver.
Quedando en el recuerdo
sus manos laboriosas,
de tanto plantar amapolas
y el aroma pleno
de menta y romero
en su jardín amado 

al que no vio florecer.

                        

                                  Julia Marini  (Oct. '13)

Solita

Se fue el tiempo en que era sonrisa y sol,

historia de galanterìa, regalo de desvelos,

amor de estación sin final y con principio.

Paleta manchada de color y pincel nuevo

intentando, en el lienzo arrugado del alma,

delinear el nombre susurrado por el viento.

                                                    Julia Marini ( Octubre´13 )