domingo, 14 de diciembre de 2014

El secreto de Susana

Sentada frente a la ventana de sus ojos
oì el secreto de Susana:

Un río cayó sobre  cuando se fueron, no supe porque,
no quise sentir que una vez más perdía, otra vez,
como cuando niña, allá por unos campos
me solían contar mi madre, mi abuela.
Sus manos bajaban por el cuerpo
demostrándome contenida tristeza.
No entendí nada, solo se cuan sola quedé
con quienes no quisieron explicarme,
todos guardaron un profundo y tan largo silencio.
Mirè hacia arriba, te busqué,
pronuncié fuerte tu nombre,
apreté el timbre del primer piso,
mi ilusión se quebró en demasiados pedazos.
Extrañaba el sonido de los habitantes,
tan comunes a mi vivir diario y esperé, morì y viví
con la mirada clavada en tu ventana.
Esperaba volverlos a ver y recomenzar juntos
eramos vos y yo, ellos tan pequeños.
siguió mi espera de niña, encerrada en este cuerpo
que no contiene a la mujer que soy, que no me entienden
que no me se expresar, solo entrecortado,
con tantas pausas, porque viste, soy especial..
Recorrimos tan pegadas, hombro con hombro
soledad con soledad, amor del alma, no supe volar.
La volví a mirar, el azul de sus ojazos
muy trasparente su aflicción, me dolió el cuerpo,
temí perder aquella confesión entre mis manos
mientras el cántaro de su mate paseaba feliz,
entre ella y yo hacía el camino del amor.
Aquí estoy le dije, fue solo un tiempo,
era mi necesidad, no tus porque,
mis ansias locas de recomenzar,
no me podía quedar.
Alejarme blanqueó mis negruras y supe decidir
que no eran porque sino para que...
Corazón de niña, cuerpo de mujer,
dame la mano, juguemos  una vez más,
como hace tantos años, que la vida no separa
a dos que casi se vieron nacer!!!!

                                                        Julia Marini ( Diciembre '14)



No es árbol caido

Cortado, casi al ras, aquel tronco nacido de una semilla en el suelo. Los tiempos malos y buenos, reverdecieron lo casi muerto. La lluvia se abalanzó sobre el tajo del olvido y los recuerdos dejaron paso a una nueva vida. Hojas tiernas, brotes pequeños, abonada la misma tierra y madera de renovada savia alimentaba sueños. Nada moría, todo volvía al ruedo.
                                                               Julia Marini (Mayo '14)