miércoles, 30 de octubre de 2013

Doña Encarna, poema para mi madre.



 

Se siente en el aire,
susurra mil nombres,
acaricia la piel,
abraza distinto
quien cinceló el ser.
En el nido de su cuerpo
hace tantos años,
concebida mujer
y otros tantos madre.
Pegado en su regazo
la impronta de cuatro,
que a distintos pasos
se alejaron para no volver.
Quedando en el recuerdo
sus manos laboriosas,
de tanto plantar amapolas
y el aroma pleno
de menta y romero
en su jardín amado 
al que no vio florecer.
                        
                                  Julia Marini  (Oct. '13)


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