jueves, 27 de septiembre de 2012

Parábola de amor

Llegue apenas unos minutos antes de la hora pactada entre vos y yo, subí la escalera hasta el primer piso dirigiéndome hacia la mesa en la que solía esperar a mis amigos, como si llevara el sello de mi persona. Aparté una de las sillas acomodando la ropa invernal con la prolijidad de mujer, desanudé mi pañuelo rosa, tenue pastel como las rosas de mi florero. Al intentar dejarlo sobre el respaldo, simplemente buscó alguna brisa colada cuando la puerta de entrada se abría, flotando en libertad siguió deslizándose levemente hasta llegar a tus pies. Mi mano en un intento apurado por recogelo tropezó con la tuya, tendida hacia mí para levantame. Conocidos ojitos color de miel se sumergieron en los míos, la ternura de tu sonrisa me indicaba la bienvenida al café tan esperado. Un largo año, completo, de meses interminables, eternos, recordé las veces que aquel café se enfrió en la espera de verte y oír tu voz. Otra oportunidad y dos corazones con necesidad de reconectarse. Mozo! un submarino y un té con leche...Me sorprendí al no pedir café, interiormente quería quebrar lo común, esa noche sería especial porque estabas solo para mí, tu mirada mía, tu persona mía, tu voz para mis oídos, tu muecas tan conocidas regalo para mi vista. Bebí un sorbo de mi taza y te miré por el borde, te has convertido en una hermosa mujer, tu cabello entre rubio y castaño, largo y lacio, se hacía a un lado cuando saboreabas tu chocolate. Imposible quitar mis ojos de vos, un imán me atrapaba, tenía hambre pero no de torta ni medialunas, hambre de tocar tus manos. No perdí tiempo y apresuradamente las acerqué a las tuyas que ansiosas las esperaba, tomé tu rostro, acaricié a mi otra niña, le de mis ojos, la de mi amor primero, la niña de la adolescencia, mi amada, tan amada hija. Con insistencia venía a mi memoria la parábola de Padre misericordioso, una y otra vez, parecía que mi alma se empeñaba en decirle...Y las palabras solo se escaparon sin darme tiempo, la rebeldía enamorada de ella se expresó con total amor...Te pido perdón, si te dañé, te pido perdón, mi amor. Mi corazón acelerado se tumbó en tantos vuelcos y revolcado en tiempos de guerras internas, soledades impuestas, espinas eternas, dolores provocados por años de silencios........Y lo oí, Te quiero mami, te quiero....Más no podía pedir, la vida me devolvía lo que creía perdido, las palabras salían de mil maneras diferentes, rodaban gotas de sal de tu mirada y la mía, no eramos ni vos ni yo, volvimos a ser una. Cerré mis ojos y sentí un bulto en mi vientre, una redondéz de amor y ternura, eras mi propia carne hablando, mi propia carne pidiendo a gritos un amor que siempre estuvo. Nadie roba hijos, pero alguien te robó de mi juventud inexperta, nadie aleja hijos, pero alguien movió invisibles hilos para una lejanía no elegida. Pensé en lo injusto de todos estos años, en el tiempo que pasaba sin detenerse, subida en un tren equivocado, leyendo carteles de estaciones que no me llevaban a ninguna parte. Al fin y al cabo esta era una nueva vía, una nueva vida, una nueva mujer que salió en búsqueda de sus tesoros más preciados.  El mapa del pirata tenía la respuesta, con mi dedo seguí la ruta de los sentimientos, crucé lo impensado, un océano de soledad, nadé kilómetros de lágrimas vertidas hasta el ahogo. Busqué un horizonte que nunca aparecía y cuando creo que ya no hay más energía encuentro la guía de tu mirada. Allí me dirigí dispuesta a recobrar lo mío, los valores más grandes que tengo, la razón de mi vivir, mi aire, mi alegría. Y en verdad sigue la historia de Blancanieves a Cenicienta, de bruja a pirata para recobrar lo arrebatado. Tu figura quedó grabada en mi catalejo, subida en un barco hoy puedo cruzar las veces que quiera hasta la desembocadura de tu río.
                                                            Yuli ( Junio '12) 

 

1 comentario:

  1. Se hizo letargo el momento de espera, pero ha sido valioso y maravilloso el despertar...

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