..........Dejó que su mano subiera desde la punta de su
pie recorriendo los centímetros cálidos y demarcando cada dedo, su
forma, la redondez de las pequeñas yemas, la delicadeza de su tobillo
adornado por la cadenita de dijes, regalo de cumpleaños. Con aquella
suavidad a flor de piel, intentaba entrecerrar los ojos y percibir sin
detenerse en la sensación de la caricia, continuando el andar sin
apuros, se deslizó por lo torneado de la pantorrilla morena de sus
piernas. Ahogando un gemido tan tenue como los mimos recibidos, espió
por el rabillo del ojo las paseanderas manos trepando los trabajados
muslos, no decidida a detenerlas se dejó llevar, casi sin sentido, entre
la realidad y un sueño, siguió abriéndose paso hacia la profundidad del
ser, el lugar reservado a la entrega explosiva de sentimientos
guardados y resguardados. En una eternidad le pareció estar escalando la
ladera, su corazón agitado, acompasado por los latidos y el aliento
tibio de sus labios acompañaron la llegada al sendero de la cima, ya sin
aliento.......
Yuli ( Febrero '12)
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