Soy la misma le dije, algún sentido debía encontrarle a mi
respuesta. El eterno silencio de sus labios dibujaron una mueca, busqué
en mi memoria la sonrisa suave que solía tener tiempo atrás, bastante
para atrás de mi vida debía dirigirme. No sabría decirle si sentía
nostalgia por lo que fue o dolor por lo que se instalaba. Toda la
historia se dio vuelta, el maremoto de los sentimientos giró la tierra
bajo mis pies. Como podría seguir mi derrotero si no abandonaba mi
constante miedo a seguir viva, miré sus ojos de miel, acaricié la forma
de su rostro con el amor de siempre. Lo perdí y lo expresé en tan alta
voz que me sacudió a mi misma, su mano se fue acercando, tibia, suave,
surcada por venas que latían con la furia de la juventud. Sentí el
llanto de un niño resonando a lo lejos, el aroma de las lociones que nos
transportan al pasado, recordé su tamaño, su calor al apoyarlo en mi
pecho, aquel chiquilín de los pelos rebeldes y el remolino que me hacía
rabiar por las mañanas al intentar, con sabias manos, bajarlo al nivel
del resto de su cabello....Sus enojos y caprichos, la fascinación por
coleccionar esos cochecitos de colores, enganchados como un trencito
directo al arco iris de un cielo imaginario, su locura por ser un gran
ingeniero desarmista, los gritos por sus raras ganas de tragar los
chicles ante la amenaza de: Se te pegan los chinchulines!! Madre, madre
enojona, alegre, eterna, vivaz hasta la médula, levanté la mirada y me
encontré con un hombre, hermoso con sus pelos revueltos como cuando
niño, rebelde por la adolescencia aún agazapada en su apariencia tan
viril. A mis ojos no me engañaba, aún era el niño mío, el que creció tan
de golpe o lo hizo despacito, tanto que no me di cuenta. Estaba allí al
frente, sentí su hermoso perfume, la sonrisa le subió al rostro,
entendí que era ternura, la de siempre. No es posible que vuelva a ser
el pequeño revoltoso de aquellos años me dije en mi propio silencio
interior, leve tristeza y de pronto al mirarlo descubrí que mi hijo
siempre viviría disfrazado en este niño ya convertido en hombre.
Yuli ( Junio '12)
Envolviste a tu criatura en esa miel, que él nunca dejó de notar y sentir...
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