Sentada en el patio el aroma de las glicinas en flor se
expandía por el aire, mi ojos se mantenían cerrados intentando atesorar
aquel recuerdo que cabalgaba tiernamente en su perfume.......La noche
fue cayendo sobre mí, el sueño se apoderó de los sentidos y sin rendirme
le abrí los brazos a Morfeo. Un sinfín de imágenes a medias se
proyectaban en mi cerebro, confundí realidad y sueño, percibí un
aleteo, una suavidad cercana al rostro, un aire fresco saludando en la
paz de la noche. Me sentí inmovilizada, el cansancio había realizado su
labor trasportándome al reparo del descanso.....Pero aquel aleteo que
con costancia se arrimaba a mi cuerpo, un cosquilleo, casi una caricia
recorriendo desde la punta de los dedos, por unos segundos se apoyó en
mi mano con cautela y siguió su recorrido explorando los centímetros
de piel que lo atrapaban. Caí en la profundidad de la inconsciencia,
confusamente lograba intentar comprender aquella visita delicada,
atrapada por la oscuridad reinante en el silencio.......La niñez y sus
temores hicieron acto de presencia ¿ y si algo había debajo de mi
reposera? un fantasma, un espectro, una alma en pena me gritaba el
cerebro...........Busqué la adultéz de mis años para responderle a la
niña en mí, solo sería un alma buena buscando acompañar a un simple
mortal por orden de la bondad......Tuve la certeza de haberlo
experimentado muchas veces, siendo pequeña, la visita aquella de lo que
no entendía, la niña en mi se acomodó con placidez abrazándose a sus
rodillas, buscando cobijo, el reparo ansiado a tantos desatinos y
desencuentros, la lucha entre lo bueno y lo malo ¿Sería tan malo lo
malo? o en realidad lo bueno era tan bueno que se hizo viva presencia,
tomé valor y me impulse desde la profundidad de mi sueño, le ordené con
energía a la niña que perdiera el miedo y que le dejara espacio a la
mujer que los había perdido hace tiempo...Allí lo vi, magníficamente
erguido, con la altivez de algo grande, irradiando una esplendorosa luz,
envuelto en el color del pincel de Dios recorrí sus formas sutiles, sus
pies desnudos se mantenían en el aire, su túnica brillaba en medio de
la noche, una noche de desafío oí decirle, observé sus alas extendidas,
bellas con la blancura de lo inmaculado, toda la ternura de un mundo se
abalanzó sobre mí alma. Es el tiempo dijo, el tiempo del olvido te fue
mandado....Al instante me oí contestando Dios vio mi necesidad y
respondió como lo hizo siempre, desde que recuerdo su 1er visita siendo
pequeña, sentada en el campo con la noche de compañera, era el mismo
ángel, sus alas abiertas dispuesto al abrazo, cerrándose sobre mí,
protegiendo mi humanidad...........Miré sus ojos, tembló mi inquieta
alma, lo sentí hermanado, amigo, lo sentí amor, reparo y ahora olvido.
Tomó en sus alas el dolor más grande diciendo esto se termina, abre tus
ojos que mañana comienza un nuevo día. El sosiego se arremolinó tan
cercano que buscó reparo en mi corazón, justo donde habían vivido tanto
tiempo el dolor, cediendo aquel enorme espacio a la paz interior. El
ángel blanco de mi nunca se apartó, desde la cuna cuidó mi sueño,
acompañó mi crecer y hoy, en mi adultez es presencia viva y real cuando
el día intenta hacerse oscuridad.
Yuli ( Diciembre '11)
Tu Ángel siempre te cuidará, y siempre te adorará. Tú lo creas así, tu bondad siempre reluce con máxima prioridad...
ResponderEliminar