lunes, 25 de febrero de 2013

A puro dolor

Recostada sobre el pecho
dormítaba plácida
en este sueño desparejo
de aquello esperado
por la niña de mi corazón.

Desangrado sentimiento
se desnuda su mirada
y ante mi no importa nada
ni alegrías ni pesares
pues denigra mi presencia.

Su hiriente altivez vigilante
de mi amor tardío
hace tropezar en desafíos 
a esta niña-mujer
que no ha sabido crecer.

Que crueldad la mentira
que valió tal dolor
Caín mató al justo Abel
y ocultó el horror
Aún así Dios lo expulsó.

La misma vida clamaba
justicia al Señor
como podría la sangre
matar en vida
al vientre que la engendró.

                                               Julia Marini ( Febrero´2013)





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