viernes, 18 de enero de 2013

Cinco rosas y una azucena

Eran cinco ardientes rosas entre sus manos
calidez de cinco besos pegados a los labios
ramo de mis sueños, ilusiones con candado
desplegados en un suspiro de dulce pasado

Aroma inolvidable del corazón enamorado
tormento de un intenso invierno escondido
entre sedas, acolchados y calor del cuarzo
la confianza entregaba al despliegue amado


Dolía en el ancho pecho la flecha encendida
por la mecha indecisa de amor tan prohibido
dos se perdían a medio camino ya recorrido,
dos se encontraban a paso tan esperanzado.
 
Entre mi lágrima y tu risa, mi amigo más fiel
vestía sin el escudo defensor del transgresor 
y con inmensa gallardía ante mí se presentó.
Fueron cinco sus rosas para azucena en flor.

                                                                                   Yuli (Enero '13)


1 comentario:

  1. Cuánto encierra este poema...
    Es lo que te digo, cada texto que escribimos desde el corazón, se lleva un trozo de nuestra vida.

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