Me encontraras entreverada, como una hiedra a la
pared, desesperada, tomada de cada grieta que por mi se abra. Si, entre
los verdes del patio y el árbol que crece en la vereda, al frente de la
puerta que se corre ante mi presencia. La primavera invita a la locura
de los colores y los sabores, el polen se pegotea en mis alas de
mariposa que buscando, ya cansada, pétalos que la cobijen de un viaje
sin escalas. No pienses en lo confuso de mis idas ni en las certeras
llegadas, solo los vientos saben porque vuelo sin parada. Tu mano sabia
de tantas flores cuidadas, era inexperta de mariposas aprisionadas y en
un batir de etéreas alas, como aquel colibrí encerrado entre las manos
que lastimaban, se abrió a la par de tu mirada, se colgó de tus
pestañas, al color castaño de tus ojitos almibarados fundidos en los
mios de color esperanza.
Yuli ( Octubre '12)
Muy tierno...
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