Serena, como la orilla de un mar dormido, busqué el vistazo
perdido de la mirada que no existía. Confuso en tiempo, la distancia
sombreaba el dibujo de tus manos, que en la tela de mi cuerpo caricias
dibujaba en tenues pinceladas. La pericia invisible de tu dedo paseaba improvisando croquis imaginarios, sobre la extensión de piel de arena.
La paleta del viejo pintor se quebró, los tantos colores que se
encontraban como manchones alegres, confundidos y mezclados, dibujaron
un llanto de témpera, sal y desamor. La tela se replegó, enroscada entre
brazos protectores de otro pintor, otra paleta, otros colores y un
nuevo oleaje para deshacer pisadas marcadas en la playa opuesta de tu
andar. Desvanecía enamorada del sol la tarde, Serena ansiaba despertar.
El cantar de sirenas a lo lejos indicaba un sueño viajante por llegar.
En el mar de tus ojos me dejé ahogar........Azucena y el mar.
Yuli ( Octubre '12)
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