Aventura fue enredarme en su abrazo
como hace la hiedra en los paredones.
cuando en las noches cerraba sus ojos
recorría con manos precisas
el sendero ondulante de las venas.
devenida en saqueadora de sentimientos
le robè aliento con humedad de besos,
rocè su espalda ante el inminente celo
de la piel erizada por el secreto deseo.
Ingresé en su mundo de fusas blancas
ajustando clavijas y tensando cuerdas.
Buscando entre apuros la mirada plena,
rogaba la sed de un amor a la apurada,
el misterio de dos que juraron amarse.
Superado los tiempos, paseaba mi alma,
derrotando soledades buscaba consuelo
sin nombrarte, en un destierro forzado,
de lejanìa, abandono, olvido y sorpresa.
Tus recuerdos, hoy, son jirones de piel.
Los míos, este puñado amargo de letras.
Julia Marini ( Junio´13 )
El recuerdo cuando requiere consuelo, erizando la piel cuando regresa el deseo...
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