Eran cinco ardientes rosas entre sus manos
calidez de cinco besos pegados a los labios
ramo de mis sueños, ilusiones con candado
desplegados en un suspiro de dulce pasado
Aroma inolvidable del corazón enamorado
tormento de un intenso invierno escondido
entre sedas, acolchados y calor del cuarzo
la confianza entregaba al despliegue amado
Dolía en el ancho pecho la flecha encendida
por la mecha indecisa de amor tan prohibido
dos se perdían a medio camino ya recorrido,
dos se encontraban a paso tan esperanzado.
Entre mi lágrima y tu risa, mi amigo más fiel
vestía sin el escudo defensor del transgresor
y con inmensa gallardía ante mí se presentó.
Fueron cinco sus rosas para azucena en flor.
Yuli (Enero '13)
Cuánto encierra este poema...
ResponderEliminarEs lo que te digo, cada texto que escribimos desde el corazón, se lleva un trozo de nuestra vida.